Métricas para la financiación del desarrollo

Vigilar el apoyo oficial total para el desarrollo sostenible (AOTDS/TOSSD)
2019

Luca De Fraia
Deputy Secretary General, ActionAid Italia

Para la mayoría de los donantes tradicionales siempre ha sido difícil cumplir los compromisos de proporcionar la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) tradicional de manera oportuna y sistemática. La respuesta al pobre rendimiento de la ayuda ha tomado diferentes vías, incluida la revisión de las directivas sobre presentación de informes con la intención declarada de mantener el ritmo de un entorno de desarrollo cambiante. Las conversaciones en el seno de la comunidad de los donantes oficiales sobre la modernización de la AOD comenzaron en 2012 y han ido evolucionando de forma constante hasta incluir una nueva métrica. Cuando la Agenda 2030 hizo su debut en 2015, la nueva medida estadística tomó la apariencia de AOTDS, a saber, el apoyo oficial total al desarrollo sostenible. La definición oficial de las instrucciones para la presentación de informes indica: la medida estadística AOTDS incluye todos los flujos de recursos con apoyo oficial para promover el desarrollo sostenible en países en desarrollo y para apoyar a los facilitadores del desarrollo y/o abordar desafíos globales a nivel regional o global. En pocas palabras, la AOTDS hará un seguimiento no sólo de los recursos oficiales, sino también de los flujos privados movilizados gracias a dinero público; más concretamente: recursos privados movilizados por intervenciones oficiales, donde puede demostrarse un vínculo causal directo entre la intervención oficial y los recursos privados. Hay otras características clave que marcan un punto de partida desde la ayuda tradicional: la concesionalidad ya no es un requisito previo; la nueva métrica informará sobre actividades con impacto en el desarrollo a nivel global y regional. Esta novedad se refleja en el hecho de que la AOTDS está organizada en torno a dos áreas: pilar 1, sobre flujos transfronterizos, similar a la ayuda; pilar 2, sobre apoyo a facilitadores globales.

El relato oficial es que la AOTDS mejorará la transparencia en la financiación para el desarrollo, lo que permitirá entonces asignar mejor los recursos en beneficio de los países socios; consecuentemente, una de las principales prioridades es captar, bajo la nueva métrica, el mayor número posible de flujos. Existe un enorme potencial para ampliar la imagen de la financiación para el desarrollo con algunos de los elementos que faltan en este momento, por ejemplo, la financiación no concesional o la cooperación Sur-Sur. Además, los proveedores multilaterales informarán directamente, independientemente de la fuente original de los fondos, ya sean del sector público o privado, lo que puede a su vez fortalecer la perspectiva de los receptores en la presentación de informes.

Las instrucciones para la presentación de informes para la AOTDS han sido elaboradas por el Task Force Global, que comenzó a trabajar a finales de 2017 y que reúne a expertos de países donantes tradicionales y emergentes, con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) desempeñando un papel instrumental clave; actualmente, el Task Force está copresidido por la Unión Europea (UE) y Sudáfrica. Dado que los debates sobre el papel de las organizaciones co-custodias siguen abiertos, la AOTDS ha sido incluida en el proceso liderado por las Naciones Unidas (NNUU) sobre el seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como un indicador adicional en el punto 17.3; en el calendario para marzo del año que viene se incluye una decisión final en el marco de la Revisión Exhaustiva de 2020. Los antecedentes e informes de las reuniones del Task Force están disponibles en una página web específica. En los últimos dos años, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) han estado implicadas de diferentes maneras, incluyendo reuniones presenciales (la última de las cuales tuvo lugar el 1 de octubre en Washington, inmediatamente después de la novena reunión del Task Force), presentaciones (disponibles en la página oficial de la AOTDS) y proyectos piloto a nivel de país.

El diálogo con el Task Force ha sido productivo, pero siguen existiendo preocupaciones, especialmente sobre la calidad de los datos, así como sobre la necesidad de asegurar que la nueva métrica no socava compromisos mundiales existentes, a pesar de las mejores intenciones expresadas en las instrucciones para la presentación de informes. En el primer recuento, a las partes informantes se les permitirá cierta libertad al informar sobre algunos aspectos, tales como los impactos del desarrollo, incluyendo los vínculos directos con los indicadores y metas de los ODS. En general, se supone que la presentación de informes se hará de buena fe, con implicaciones obvias en ámbitos como las salvaguardias que se aplican al gasto impulsado por la paz y la seguridad.

En cuanto al segundo recuento, las cuestiones relativas a la calidad pueden quedar al margen, sin duda en las primeras fases de la aplicación de la AOTDS, cuando existe una presión para ampliar el panorama en la medida de lo posible. Desde este punto de vista, resulta revelador que se reconozcan los principios de una cooperación al desarrollo eficaz, pero, por otro lado, también se entiende que existen limitaciones en cuanto a la posibilidad de evaluar la aplicación real de los principios. De hecho, la presentación de informes tiene lugar a nivel de actividad, lo que incluye diferentes modalidades, desde proyectos hasta apoyo presupuestario; la recopilación de datos se gestiona a nivel de donantes. Por lo tanto, es legítimo preguntarse cómo es posible evaluar que cada una de las actividades es coherente con los principios de eficacia, teniendo también en cuenta que la presentación de informes mundiales sobre la eficacia -encabezada por el Global Partnership for Effective Development Cooperation (GPEDC)- se lleva a cabo a través de una visión mundial, con enfoque devastador para los países. Además, es muy probable que la AOTDS genere totales mucho mayores que los actuales volúmenes de AOD: la atención de la opinión pública bien podría dirigirse a las nuevas cifras con compromisos de ayuda que se dirigen al olvido. No es sólo eso: la inflación puede de hecho ser llevada a un nivel totalmente diferente con problemas ópticos mucho más graves que el que hemos estado enfrentando con los costos tradicionales de los donantes. La AOTDS colocará a los donantes en una posición única, ya que se les permitirá informar sobre una parte significativa de sus propios presupuestos nacionales, suponiendo que existe un impacto global. Un ejemplo muy claro son los proyectos de reducción del gasto climático y de las emisiones de gas en particular, cuyo impacto global se da por sentado independientemente de donde se ejecuten. Por este camino, un país donante reducirá legítimamente su AOD e invertirá en plantar árboles en su propio país sin afectar a su ejecución total de AOTDS.

Con los resultados de la primera encuesta mundial de la AOTDS, que se publicará en breve, la implicación de las OSC será aún más importante para asegurar que la nueva métrica cumple su promesa de mayor transparencia en beneficio de los países en desarrollo. Existen desafíos, pero no es el momento de dar un paso atrás.