La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria

informe 2023

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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible llegan a su ecuador

A mitad de camino hacia el 2030, el año fijado para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el mundo está muy lejos de la meta:  un 30% de las metas se han estancado o retrocedido, un 50% tienen avances insuficientes y solo un 20% de las 169 metas previstas están en situación de cumplirse en 2030.

Si bien es cierto que la pandemia de la COVID-19 y sus consecuencias sociales, económicas y sanitarias han afectado enormemente al cumplimiento de estas metas, la situación anterior tampoco era positiva.

Ya en 2019 el Secretario General de Naciones Unidas alertaba de que, o bien se tomaban medidas excepcionales, o se corría el riesgo de no alcanzar los resultados previstos.

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Además de un mayor compromiso para alcanzar estas metas, dotándoles de los recursos necesarios, no se puede pretender transformar la realidad actual de inequidad en la salud mundial sin cambiar las injustas relaciones que explican gran parte de esta inequidad.

ODS 3 sobre salud y bienestar

El ODS 3, garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos y todas, muestra retrocesos significativos.

Sólo el 10% de las metas se han cumplido o están en camino de cumplirse, el 60% necesitan medidas de aceleración, el 20% están en riesgo de no cumplirse y hay un 10% sobre las que no se dispone de datos suficientes.

Las metas del ODS3 se han visto muy afectadas por las consecuencias de la pandemia de la COVID-19, que ha provocado retrocesos y paralizaciones en muchos indicadores, aunque tampoco se estaba en camino de cumplirlos antes de la pandemia.

La comunidad internacional deberá hacer un gran esfuerzo tanto en la dotación de recursos como en la aplicación de políticas sanitarias equitativas para cumplir con todos los indicadores de los ODS relacionados con sanidad, sin olvidar que la salud de las personas depende también de cómo evolucionen otros ODS, como género, agua, medio ambiente o economía.

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Es necesario una reflexión profunda sobre las causas de base que explican la situación global de la salud, que superan el ámbito sanitario y poner en marcha ideas y políticas realmente transformadoras, que antepongan el derecho a la salud de las personas y la sostenibilidad del planeta sobre otros intereses comerciales o políticos.

Cobertura Sanitaria Universal

En 2023 se ha reafirmado el compromiso internacional con la CSU, pero este compromiso se hará realidad sólo si se cubren los 328.000 millones de dólares de inversión por año necesarios para ampliar un enfoque de atención primaria de salud en países de ingresos bajos y medianos.

En el informe de seguimiento mundial 2023 de los avances en Cobertura Sanitaria Universal de la OMS y el Banco Mundial, se comprueba el retroceso, en algunos casos iniciado antes de la pandemia, de los indicadores que marcan la evolución de la CSU en el mundo.

Las mejoras en los servicios sanitarios se han estancado y la proporción de la población que se enfrenta a niveles catastróficos de gasto en salud ha aumentado.

De hecho, desde el año 2000, solamente 42 de los 138 países de los que se tienen datos, han mejorado la cobertura de servicios y disminuido el número de personas a las que la salud les supone gastos catastróficos.

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La comunidad internacional ha renovado su compromiso en 2023 con el cumplimiento de la meta de la CSU.

Este compromiso no solo implica un incremento adicional en las inversiones en salud de entre 200.000 y 328.000 millones de dólares por año, sino que deben canalizarse hacia la Atención Primaria de Salud en países de ingresos bajos y medianos, fortaleciendo las acciones a nivel nacional, la cooperación internacional y la solidaridad global al más alto nivel político.

El enfoque One Health

El enfoque One Health (Una sola Salud), que se define como “los esfuerzos de colaboración de múltiples disciplinas (personal médico, veterinario, investigador, etc.) que trabajan a nivel local, nacional y global para lograr una salud óptima para las personas, los animales y nuestro medio ambiente”

puede ser una alternativa a la forma tradicional de trabajar, aunque para ello se deban superar algunos problemas y reafirmar el concepto de One Health como el trabajo indivisible en 3 áreas de salud: la salud humana, la salud animal y la salud del planeta, cuyo objetivo final es una salud integral, que permita la sostenibilidad a medio y largo plazo del planeta, los animales y las personas.

Este enfoque puede servir para afrontar numerosas enfermedades infecciosas, pero también enfermedades no transmisibles, y la resistencia antimicrobiana, una de las mayores amenazas a la salud mundial, y que tiene su raíz en el mal uso de los medicamentos en las personas, pero también en los animales.

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Se espera que la resistencia antimicrobiana mate a más personas que el cáncer en 2050, y existen resistencias a todo tipo de microorganismos, ya sean bacterias, virus, parásitos u hongos.

Es imperativo que usemos un enfoque One health en la lucha contra la resistencia antimicrobiana, a lo que debemos de unir un incremento en investigación para nuevos antibióticos que, bajo una gobernanza pública de salud, orienten los esfuerzos hacia líneas innovadoras de antibióticos que puedan afrontar de manera equitativa los desafíos presentes y futuros de las enfermedades infecciosas en el mundo.

Cooperación internacional

La AOD del conjunto de países donantes del CAD alcanzó en 2022 la cifra histórica de 203.995 millones de dólares, lo que supone un incremento del 13,6% respecto a los desembolsos de 2021. La AOD aumentó en 26 de los 30 países que integran el CAD.

La AOD total de los miembros del CAD representa el 0,36% de la renta nacional bruta (RNB), un ligero crecimiento respecto al 0,33% del año anterior, pero muy por debajo del compromiso de NN. UU. del 0,7%.

Sólo cinco países, Dinamarca, Alemania, Luxemburgo, Noruega y Suecia cumplieron con el objetivo del 0,7%.

La guerra de Ucrania y la lucha contra la pandemia de la COVID-19, han motivado en buena medida el aumento de la AOD. En el primer caso los aportes extraordinarios destinados a acoger personas refugiadas en los países donantes, por la agresión de Rusia contra Ucrania, representan el 14,4% de toda la financiación del CAD.

Mientras en el segundo, los fondos destinados a la COVID-19, a pesar de disminuir el gasto un 45% respecto a 2021, han alcanzado los 11.200 millones de dólares.

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El aumento de la AOD del conjunto de países de la OCDE donantes de los últimos años es insuficiente para asegurar cumplir el compromiso real de alcanzar el 0,7% en 7 años, ya que estos incrementos están muy influidos por eventos excepcionales, que demandarían unos fondos adicionales específicos.

Es imperativo que todos los países, incluida España, que está en el puesto 19 de 27 respecto al % destinado a AOD, generen una hoja de ruta creíble para alcanzar el 0,7% en 7 años.

AOD en Salud

Los fondos que se están dedicando a cooperación en general y salud en particular son cada vez más elevados, pero no cubren las necesidades actuales para alcanzar las metas propuestas en los ODS.

En 2021 continuó la tendencia creciente de la AOD destinada a la salud hasta alcanzar los 35.283 millones de dólares, 5.000 millones más que en 2020, lo que supuso un aumento del 14,6%. De esta cifra, el 55% fue para el control de la pandemia de la COVID-19.

Las actividades relacionadas con la COVID-19 alcanzaron los 11.200 millones de dólares en 2022, el 45 % menos que en 2021. Las donaciones de vacunas supusieron 1.530 millones de dólares, lo que implica una caída del 74,1% en comparación con 2021.

De esta cantidad, sólo 16 millones de dólares se destinaron a donaciones de dosis compradas específicamente para países en desarrollo, el resto fueron donación de vacunas sobrantes de los países ricos.

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La gestión de las donaciones y de la distribución de las vacunas COVID-19 nos muestra qué lejos estamos de poder tener una gobernanza pública mundial que anteponga los intereses mundiales a los nacionales.

El nuevo Tratado pandémico, que verá la luz en 2024, no puede quedarse meramente en un documento técnico, sino que debe de asumir la necesidad de dar una respuesta conjunta bajo un enfoque de derechos

Ayuda oficial al desarrollo española

En 2022, la AOD española se incrementó el 31,9%, alcanzando los 4.120 millones de euros, el 0,30% de la renta nacional bruta (RNB), unas cifras que no se observaban en la Cooperación Española desde 2010.

Porcentualmente se recorta la distancia con la media del conjunto de donantes del Comité de Ayuda al Desarrollo, situada en el 0,36%, pero lejos del 0,56% de la media de los países de la UE y del compromiso del 0,7% adquirido hace más de 50 años en el seno de las Naciones Unidas



Evolución de la AOD bruta española y del porcentaje sobre la RNB 2006-2022

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Es necesario seguir impulsando la cooperación a todos los niveles. Incluso si se mantiene el importante incremento de 2022, España no alcanzaría el 0,7% en 2030.

Seguimos pidiendo una mejora de los recursos económicos y humanos en la cooperación española, que le permitan tener un papel relevante en la cooperación mundial

Salud en la Cooperación Española

La pandemia de COVID-19, a pesar de seguir siendo relevante, dejó de ser la prioridad de la cooperación internacional, que en el caso de España se concreta en una reducción de 124 millones de euros en el presupuesto destinado a salud, con un monto de 402 millones de euros.

Porcentualmente los fondos destinados a salud pasan del 16,8% en 2021 al 9,76% en 2022, alejándose de nuevo de la media de los países de nuestro entorno.

Estas cifras nos alejan del 15% necesario que se debe destinar al sector sanitario para hacer frente a los complejos problemas de salud que existen en el mundo, y muestran que la subida de 2021 fue en gran medida coyuntural.

Por segundo año consecutivo, el Ministerio de Sanidad aparece como el primer donante en cooperación sanitaria, aportando el 43,8% de toda la AOD española en salud (176,3 millones de euros).

De esta cantidad, el 99,6% han sido donaciones de vacunas para COVID-19, en algún caso a países de renta media alta.



Análisis de evolución de la AOD bruta española en salud, 2004-2022

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Es necesario que la Cooperación Española se comprometa de forma constante y creciente por un sector absolutamente necesario para el desarrollo de los pueblos y de las personas, algo que debería verse plasmado en la implementación de una estrategia de Salud Global que explique no sólo cuánto, sino también cómo se va a contribuir a la salud mundial, apostando por un fortalecimiento de los sistemas de salud públicos, una priorización de la Atención Primaria de Salud y un enfoque multisectorial de la salud.

Una situación humanitaria sin precedentes

El año 2022 ha estado marcado por la guerra de Ucrania, el agravamiento de otros conflictos y del empeoramiento de la crisis alimentaria, lo que ha llevado a un incremento sin precedentes de las necesidades humanitarias.

Todo ello en un contexto en el que los desplazamientos forzosos no paran de crecer, más del 1% de la población mundial se ha visto obligada a huir y a abandonar su hogar, es decir, 1 de cada 74 personas en el mundo, el doble que hace una década.

A principios de 2022 había 274 millones de personas que precisaban asistencia humanitaria, un año después la cifra se elevaba hasta los 339 millones de personas, es decir, una de cada 23 personas en el mundo necesita ayuda humanitaria, más del doble que hace cuatro años.

 

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La respuesta de la comunidad internacional tiene que ser rápida, efectiva, proporcional a las necesidades y con una mirada en el medio plazo.

Para ello, debe asignar los fondos necesarios para responder a los enormes desafíos a los que nos confrontan las crisis humanitarias.

La comunidad internacional tiene que hacer suya la propuesta del Secretario General de NN. UU. de cubrir al menos el 75% de los fondos que se solicitan para las crisis humanitarias

La crisis alimentaria sigue imparable

Las crisis alimentarias de los últimos años son el resultado de factores interconectados que se refuerzan mutuamente: conflictos, violencia e inseguridad, crisis económicas y fenómenos meteorológicos extremos.

En 2022, estos problemas se vieron agravados por los efectos económicos y sociales asociados a la pandemia de COVID-19, por las repercusiones de la guerra en Ucrania, las sequías cada vez más duraderas, las lluvias torrenciales e inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos, lo que ha llevado a una crisis alimentaria mundial sin precedentes.

Según el último Informe mundial sobre las crisis alimentarias el número de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda y requieren asistencia urgente en materia de alimentación, nutrición y medios de vida aumentó por cuarto año consecutivo, pasando de 112 millones a 258 millones de personas en 58 países.

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Como señala la FAO, demasiado a menudo, la comunidad internacional no moviliza los fondos necesarios para responder a las crisis alimentarias, que en muchos casos son cíclicas y predecibles, hasta que éstas no se convierten en catástrofes humanitarias y hambrunas.

Por ello, es necesario que la asignación de suficientes fondos en los inicios de las crisis y con una mirada a medio y largo plazo para fortalecer la seguridad alimentaria y la resiliencia de las comunidades.

Protección del personal humanitario y sanitario en conflictos

El acceso a las personas en contextos de crisis es cada vez más complejo, y en algunos casos prácticamente imposible, utilizándose la población civil como arma de guerra y los hospitales y centros sanitarios como objetivo.

En 2022 fueron asesinadas 232 personas del ámbito sanitario, 298 sufrieron secuestro y 294 resultaron detenidas.

Estas cifras confirman la necesidad de mejorar la gestión de los riesgos de inseguridad no solo para el personal humanitario sino también para actores locales y nacionales, que siguen siendo los más expuestos y los menos protegidos.

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Es necesario una financiación adecuada de los costes relacionados con la seguridad. Y, al mismo tiempo, abordar en un contexto más amplio la reducción del espacio humanitario.

De ahí que la protección de este personal sea una responsabilidad colectiva y deba reforzarse a todos los niveles de la comunidad internacional y humanitaria.

La Salud en la Acción humanitaria

Las crisis humanitarias hacen que millones de personas se enfrenten a graves amenazas sanitarias como brotes de enfermedades, malnutrición y falta de acceso a servicios sanitarios esenciales.

A esto se suma el incremento en el número de ataques a infraestructuras y personal sanitario, lo que dificulta todavía más el acceso a los servicios de salud.

En estos contextos la ayuda internacional es fundamental, sin embargo, la financiación del sector salud por parte de la comunidad internacional sigue siendo insuficiente, en 2022 solo se ha recibido el 48,5% de los fondos solicitados para el sector en los llamamientos de NN. UU.

recomendaciones

Es necesario una financiación suficiente para garantizar una respuesta adecuada a las necesidades en salud. Esto debe acompañarse de mejoras en la previsibilidad de la ayuda y flexibilidad que permita sostener las respuestas en el tiempo y orientar los recursos tanto hacia los problemas más inmediatos como hacia la prevención.

La Acción Humanitaria en la cooperación internacional

La infrafinanciación de la acción humanitaria se mantiene como uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector humanitario.

De los 51.699 millones de dólares solicitados por NN. UU., solo se recibieron 29.692 millones de dólares, cubriéndose únicamente el 57,3% de los fondos solicitados.

Aunque se trata de una cifra récord, es insuficiente para responder al incremento, también récord, de las necesidades humanitarias.

recomendaciones

Los donantes deben cumplir sus responsabilidades y compromisos internacionales incrementando de forma sustantiva los fondos destinados a la acción humanitaria, de forma que se reduzca al 25% la diferencia entre los fondos solicitados y los recibidos.

Acción Humanitaria en la Cooperación Española

La AH de la Cooperación Española ha seguido creciendo sensiblemente en 2021, situándose en 107 millones de euros, 11 millones más que en 2020, lo que representa el 3,5% del total de su AOD

este porcentaje sigue muy lejos del 10,53 % de la media de los países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) y de lo establecido por la propia Estrategia de Acción Humanitaria de la Cooperación Española.



Evolución de la AOD española destinada a AH, 2005-2022

 

recomendaciones

La Cooperación Española debe incrementar de forma substancial los fondos destinados AH para acercarse de manera efectiva a su compromiso de situar en al menos el 10% de su AOD a la AH en 2022, tal y como recoge la Estrategia de Acción Humanitaria.